La Cámara de Representantes discutirá la reforma laboral en las próximas semanas. La propuesta del gobierno llega a su segundo debate (de cuatro) después de dos años de grandes recortes con respecto a su contenido original.
La reforma laboral posiblemente es la reforma social que ha generado mayor oposición entre los actores interesados. La alta controversia no es en sí mala, pero resulta problemática cuando se acompaña de verdades a medias, falta de evidencia y soberbia. Estos defectos los han tenido tanto los gremios empresariales, como el gobierno y directivos sindicales.
El primer problema para que avance la reforma tiene que ver con su objetivo. Mientras que el gobierno insiste en que busca recuperar derechos laborales para los y las trabajadoras perdidos durante el gobierno Uribe, voces de sectores productivos y la oposición quisieran soluciones para crear empleo.
Ambas posturas son válidas, pero de lado y lado se han presentado como si fueran excluyentes. El gobierno ha fallado presentando la reforma -que sin duda generará nuevos costos para el empresariado- como un elemento aislado de sus propias políticas de reindustrialización y reactivación económica. Ante esta fragmentación, el empresariado se ha excusado en la falta de apoyo a su sector para oponerse y concluir, sin evidencia certera, que la reforma cerrará empresas y destruirá empleos.
Difícilmente modificar una regla en un papel puede crear empleos, pero Colombia sí puede tener certeza de que la reforma de 2003 -que recortó derechos laborales- no cumplió con las expectativas del fomento al empleo. En ese entonces la lógica de Uribe fue hacer una transacción: flexibilizar las garantías laborales para reducir los costos laborales y que esa diferencia fuese invertida para emplear a más personas. La promesa de crear 683.000 empleos nunca se cumplió. Por el contrario, un estudio realizado por Alejandro Gaviria identificó que la justificación dada entonces en el Congreso fue engañosa “los resultados son negativos, y claramente inconsistentes con la cifra de 200.000 empleos por año citada durante la discusión parlamentaria”. Otras revisiones académicas coincidieron en que la reforma laboral redujo costos, no creó empleos pero sí aumentó la carga laboral de los y las colombianas.
La evidencia indica que si bien es necesario exigir al gobierno políticas de promoción de empleo, estas no deben atarse al debate de la recuperación de derechos.
En el propósito de sacar adelante la reforma el gobierno ha cedido mucho, al punto que hay quienes consideran que ésta ya representa una derrota. Lo anterior, por cuenta de que se eliminaron casi todos los artículos relativos a garantías y mejoras para los sindicatos.
En el primer debate, la Comisión Séptima eliminó 17 artículos relacionados con derecho laboral colectivo, los mismos que eran fuertemente defendidos por la Centrales Obreras y muy cuestionados por los empleadores. A pesar de que en Colombia la tasa de sindicalización no supera el 4.5% de la fuerza laboral y de que existe alta estigmatización sobre las organizaciones defensoras del trabajo, la Ministra aceptó su derrota e incluso la ponencia que se discutirá en plenaria, pudiendo hacerlo, no revive esos artículos.
Al proyecto le quedan vivos asuntos sobre derechos individuales como la reducción de la jornada laboral hasta las 7 pm, el aumento del recargo dominical, el incremento de las indemnizaciones por despido, la ampliación de la licencia de paternidad, la creación de mecanismos de protección a las mujeres en el trabajo y la regulación de las relaciones laborales en el agro.
Salvo el tema agrario, los temas que quedaron vivos parecían no ser objeto de mayor debate, pero quienes se oponen a la reforma no ceden como lo hizo el gobierno, por el contrario van por más.
La ANDI y Fenalco han presentado sus estudios y encuestas a empresas sobre los impactos de la reforma. Aunque las cifras y percepciones sobre nuevos costos laborales son ciertas, difícilmente se puede concluir que las mismas conducirán a la terminación de contratos laborales o cierres de empresas. Como tampoco sucedió al contrario.
Los artículos que se discutirán pueden mejorar en consenso. En materia de indemnizaciones por despido se podrían ver los montos de los salarios más altos sin que sean regresivos frente a los actuales.
En materia de estabilidad laboral reforzada se puede mejorar la redacción de quién se considera pre pensionado y en materia agropecuaria se pueden evaluar efectos ponderados según tamaño de unidad productiva agraria. Y las medidas contempladas para la adecuación de las MyPiMes a la reforma deben contener soporte presupuestal para que en unos años no digamos que fue un saludo a la bandera.
Aún así, todo parece indicar que será un verdadero camello poner de acuerdo a los partidos y actores sociales en torno a esta reforma.
En el marco de la investigación desarrollada por Jennifer Pedraza y su equipo de trabajo, se halló que la Ministra de ciencia miente sobre la trayectoria profesional que presentó en su hoja de vida: No fue profesora en Harvard como aseguró e infló su experiencia docente en al menos otras 3 universidades.
La Ministra reproduce una práctica que en la política colombiana se ha vuelto recurrente, que expone cuestionamientos éticos, legales y desnuda actitudes intelectualmente arribistas.
La Ministra nunca ha sido profesora de Harvard
La Universidad de Harvard es una de las instituciones educativas de mayor prestigio a nivel mundial. Los ránquines QS y de Shanghai la mejor universidad del mundo en 2023 y 2024, respectivamente.
No cabe duda que para Colombia, un país con deficiencias estructurales en materia educativa y científica, es motivo de orgullo que compatriotas estudien, investiguen y, sobre todo, dicten clases en Harvard.
En dos versiones de su hoja de vida, presentadas para laborar en el Ministerio, Yesenia Olaya afirmó haber dictado clases por casi un año -363 días- en el Afro-Latin American Research Institute vinculado a la Facultad de Artes y Ciencias Sociales de Harvard.
En el Sistema de Información y Gestión del Empleo Público – SIGEP, que administra el Departamento Administrativo de la Función Pública -DAFP-, reposan los soportes de la hoja de vida de la Ministra.
Consultamos por dichos soportes y la Función Pública nos remitió un certificado firmado por Alejandro de la Fuente, director del Afro-Latin American Research Institute. En el mismo se certifica que la Ministra impartió un seminario virtual con apenas 48 horas de carga en un año.
“Por haber impartido el seminario especializado “Resiliencias y resistencias afrocolombianas: trayectorias históricas y contemporáneas”… en la modalidad virtual (14 de septiembre 2021 -12 de septiembre 2022). Con un total de 48 horas de docencia” (El énfasis en negrilla es propio).
La constancia, en vez de aclarar, crea nuevas inquietudes. ¿Dictar un seminario en un instituto le concede la categoría de docente de Harvard a la ministra? ¿Haber dictado apenas 48 horas en 363 días puede certificar casi un año de experiencia docente?
Por ejemplo, en la Universidad Nacional de Colombia un docente con dedicación exclusiva tiene una carga horaria semanal de 44 horas y uno tiempo completo tiene 40 horas a la semana.
Para resolver esos interrogantes consultamos Stephen Kargere, Director de la Oficina de Asuntos Posdoctorales de la Facultad de Artes y Ciencias de Harvard. Kargere aclaró que la Ministra Olaya ha tenido tres tipos de vinculación con esa institución pero que “no se consideran parte del cuerpo docente”.
La respuesta es categórica: la ministra nunca ha sido profesora de Harvard.
El perfil de Olaya en la página del Instituto tampoco refleja que haya tenido calidad de docente y sólo destaca su experiencia docente “en universidades de América Latina”.
Además, si hipotéticamente hubiese sido docente, la experiencia equivaldría apenas a 6 días certificables, puesto que el artículo 2.2.2.3.8 del Decreto 1083 de 2015 dice que las horas de docencia se deben calcular “sumando las horas trabajadas y dividiendo el resultado por ocho (8)”.
Ministra de día y asistente en Harvard de noche: Un segundo trabajo que es ilegal:
La respuesta del Director Kargere pone en evidencia que la funcionaria ha desarrollado un cargo administrativo en esa universidad al tiempo que ejerce como jefa de la cartera de ciencia.
Olaya se vinculó al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación el 10 de noviembre de 2022 en calidad de Viceministra de Talento y Apropiación del Conocimiento, uno de los dos viceministerios de la entidad.
Al parecer a la entonces Viceministra le sobraba el tiempo o no le alcanzaba el dinero que recibía por su trabajo puesto que el 1 de febrero se vinculó al Afro-Latin American Research Institute en calidad de asociada.
Dicha actividad prestacional continuó después del 1 de mayo de 2023, cuando Olaya ascendió al cargo de Ministra y se extendió hasta el 31 de enero del 2024. En ambos casos, la prestación de servicios profesionales en el Instituto de Harvard es legalmente incompatible con las funciones de ministra o viceministra.
Conforme al ordenamiento jurídico colombiano, los cargos ministeriales son de naturaleza de dirección, manejo y confianza y se proveen mediante la modalidad de libre nombramiento y remoción.
Quienes ejercen este tipo de cargos deben garantizar una confianza superior a la normal que debe proyectar cualquier otro funcionario, así lo expresó la Corte Constitucional en Sentencia C-514 de 1994.
Además, por la misma razón de confianza la Corte aclaró que este tipo de cargos no están sujetos a la jornada laboral ordinaria (Sentencia C-372 de 1998). Postura que respalda la Función Pública en el concepto 104571 de 2013).
Ahora bien, la Función Pública (concepto 147941 de 2016) contempla que si bien un funcionario público puede tener un segundo trabajo en una entidad privada, no puede desarrollar sus obligaciones durante la jornada laboral del cargo público.
Sin embargo, una ministra ejerce un cargo de dirección, manejo y confianza que no se sujeta a la jornada laboral ordinaria y, por tanto, ejerce la función pública en todo momento.
Claro, la Ministra tiene derecho a descansar, pero si la llaman a las 11 pm para resolver algún asunto ministerial debe atender. Bueno, si es que no está trabajando para Harvard.
Aunque no hay antecedentes judiciales semejantes a este caso, a la ministra le es jurídicamente prohibido desarrollar funciones como funcionaria de cualquier entidad pública o privada a la vez que ejerce como jefa de su cartera.
Consultamos a Harvard para saber si Olaya percibió salario u honorarios por la vinculación que tuvo con el Instituto entre 2022 y 2023. Desafortunadamente dicha información se encuentra protegida por la legislación estadounidense dado que es del resorte personal.
Pero vale la pena que la Ministra le aclare al país:
¿Su relación prestacional o laboral en Harvard mientras era Ministra era paga?
¿Por ser Ministra de día y asistente administrativa en Harvard de noche es que la funcionaria no le cumple a la ciencia colombiana?
Otras mentiras en su experiencia docente:
Yesenia Olaya no sólo inventó experiencia docente en Harvard, también sobredimensionó en más de 4 años su experiencia docente en: i) la Universidad Nacional Autónoma de México; ii) la Universidad de Magdalena y; iii) en la Pontificia Universidad Javeriana.
Universidad
Tiempo que reporta
Tiempo certificado
Sobredimensión
UNAM*
3 años, 5 meses, 7 días
7 meses y 25 días
2 años, 10 meses y 18 días
Universidad Nacional de San Martín
1 año y 9 meses
1 año y 9 meses
0
Universidad de Magdalena
7 meses
12 horas equivalentes a 1,5 días
6 meses y 28 días
Universidad Javeriana
7 meses y 25 días
90 horas equivalentes a 11,25 días
7 meses y 13 días
Harvard**
363 días
0
363 días
Total:
5 años, 8 meses
2 años, 5 meses, 12,75 días
4 años y 26 días
*Hoja de vida 1 presentada para ser viceministra. En la Hoja de vida 2 corrigió la información. ** Harvard: no es docencia por lo que no puede ser computable.
Detalles de la sobredimensión de experiencia por universidad
Universidad Nacional Autónoma de México: Desmiente a la Ministra en su Hoja de Vida 1.
2. Universidad Nacional de San Martín: Sin inconsistencia.
3. Universidad del Magdalena:certifica horas, no 7 meses
4. Universidad Javeriana: certifica que la información no corresponde y que no fue docente durante el primer semestre de 2021.
En la Hoja de Vida que reposa en el SIGEP la Ministra registró que fue docente de postgrado durante el primer semestre del 2021.
La Javeriana aclara que en el primer semestre de 2021 Olaya no dictó clases en postgrado. También certifica labores en tiempos que no corresponden a los registrados por la Ministra en su hoja de vida.
Resulta aún más escandaloso que la certificación laboral que subió la Ministra al SIGEP de esta Universidad no la expidió la oficina de Gestión Humana, sino que fue María Camila Díaz Casas, a quien luego premió nombrándola en el Viceministerio de Talento y Apropiación Social del Conocimiento. Díaz es la alta funcionaria del Ministerio que más ha durado en el cargo, desde julio de 2023, a la fecha y aparece como fiadora de la vivienda de la Ministra.
La experiencia laboral de la Ministra tampoco se registra de manera correcta en el SIGEP.
Inicio
Fin
Entidades que incluye
6 de diciembre de 2018
31 de octubre de 2022
UNAM: docenteHarvard: laboral U San Martín: docenteU Magdalena: docenteJaveriana: docente
1 de noviembre 2022
9 de noviembre de 2022
No tuvo trabajo alguno.
10 de noviembre
31 de abril
Viceministra de Ciencias: laboral
Reporta:
8 años y 3 meses
Certificado: (Decreto 10853/2015)
4 años, 4 meses y 15 días
Sobredimensión
3 años y 11 meses
¿Cómo calculamos la experiencia laboral de la Ministra?
Conforme al artículo 2.2.2.3.8 del Decreto 1083 de 2015 el tiempo de experiencia se certifica sin sumar aquellos trabajos que son simultáneos: “Cuando la persona aspire a ocupar un cargo público y en ejercicio de su profesión haya prestado sus servicios en el mismo período a una o varias instituciones, el tiempo de experiencia se contabilizará por una sola vez”.
El mismo artículo aclara que si la jornada laboral que se certifica es menor a 8 horas diarias, esta deberá ser calculada “sumando las horas trabajadas y dividiendo el resultado por ocho (8)”.
La Constitución Política dice que para ser ministra sólo se requiere nacionalidad colombiana y tener más de 25 años. Por tanto, nadie requiere acreditar experiencia profesional o académica para ejercer un cargo ministerial.
Sin embargo, Yesenia Olaya sobredimensionó sus méritos académicos y profesionales en la hoja de vida que presentó para ejercer, primero como viceministra y luego, como Ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación. Una maquillada a la hoja de vida absolutamente innecesaria y muy cuestionable en la academia.