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¿El gobierno Petro renegociará los TLC?

Carlos Mario Acero Castellanos*

La apuesta sale mal

A principios de siglo Colombia se montó en la ola de los Tratados de Libre Comercio (TLC).

En esa época comentar sobre la inconveniencia de los acuerdos constituía una especie de herejía. Pero los resultados en materia comercial y los efectos sobre la capacidad regulatoria del Estado ahora le dan la razón a quienes se atrevieron a poner en duda la utilidad de esos tratados.

Las cifras no mienten. La firma de los principales TLC fue un error por parte de Colombia. Para comenzar, las balanzas comerciales con Estados Unidos y la Unión Europea se deterioraron de manera drástica. De un momento a otro, después de firmar los acuerdos, la economía pasó de superávits —cuando los ingresos superan a los gastos— a déficits alarmantes.

En el caso con Estados Unidos, pasamos de un superávit de 8,244 millones de dólares en 2012 a un déficit de 1.871 millones en 2021, mientras que frente a la Unión Europea pasamos de un superávit de 1,053 millones de dólares a un déficit de 2.685 millones en 2021.

Estas cifras se han traducido en desempleo, debilitamiento del aparato productivo agrícola e industrial, y rezago en la economía.

Además del ese fracaso comercial, están los más de 60 billones de dólares por los cuales Colombia podría ser condenada en Tribunales de Arbitraje Internacional, gracias a las demandas de inversionistas extranjeros. Esto sería gravísimo porque tendríamos que pagar esas cifras astronómicas y el Estado perdería la capacidad de regular asuntos ambientales, laborales, humanos o industriales por temor a recibir más demandas.

Las cifras no mienten. La firma de los principales TLC fue un error por parte de Colombia. Para comenzar, las balanzas comerciales con Estados Unidos y la Unión Europea se deterioraron de manera drástica. De un momento a otro, después de firmar los acuerdos, la economía pasó de superávits —cuando los ingresos superan a los gastos— a déficits alarmantes.

Por eso la propuesta de revisar y hasta de renegociar los TLC fue un pedido a gritos por parte de la ciudadanía. Muchos coincidieron con las propuestas de los candidatos presidenciales de la Coalición de la Esperanza y con la propuesta presentada por el actual presidente.

Foto: Twitter: Germán Umaña – La ruta del gobierno para la revisión de los tratados comerciales no es clara; en medios el ministro Germán Umaña ha expresado que no se está renegociando ningún tratado. Sin embargo, en el Congreso ha expresado la posibilidad de abrir estos escenarios.

Renegociar: la propuesta de Petro

El programa de gobierno Petro afirmó: “Renegociaremos los Tratados de Libre Comercio y mejoraremos la posición de Colombia en el comercio internacional y las cadenas mundiales de valor. Serán de especial atención las cláusulas de protección a la inversión de estos tratados que atentan contra la productividad, el empleo y la naturaleza.”

Actualmente el Ministerio de Comercio Industria y Turismo (MinCIT) adelanta acciones de revisión de los acuerdos con Estados Unidos, la Unión Europea y México. En lo que respecta a los tratados con Estados Unidos y la Unión Europea han venido sesionado los comités de balances sobre los siguientes temas: Asuntos sanitarios y fitosanitarios, comercio agrícola, obstáculos técnicos al comercio, asuntos ambientales y desarrollo sostenible.

Con Estados Unidos estamos especialmente interesados en abrir comités sobre comercio de mercancías, comercio de textiles y vestido, capacidades comerciales, servicios profesionales, reglas de contratación pública y mecanismos de protección de inversiones. Por otro lado, frente al tratado con la Unión Europea, hay comités sobre acceso a mercados, aduanas, facilitación y reglas de origen y propiedad intelectual.

¿Cuál será el procedimiento?

La ruta del gobierno para revisar o renegociar los tratados comerciales sigue sin ser clara, al menos para la opinión.

En múltiples oportunidades el MinCIT, Germán Umaña, ha dicho que no se está renegociando ningún tratado. Pero en una reunión en el Congreso el ministro señaló que el proceso de identificación de balances y desbalances de los acuerdos comerciales es una primera etapa. Lo que da a entender que posteriormente se podrían abrir escenarios formales de revisión.

También, el viceministro de Comercio Exterior, Luis Felipe Quintero, en comunicación escrita afirmó que “una vez finalice este ciclo de reuniones, se convocará a la Comisión de Libre Comercio —del TLC con EE.UU.—, máxima instancia de administración del [TLC]”. No obstante, agregó: “se puede inferir que, al menos por ahora la intención es revisar y procurar la realización de los ajustes requeridos dentro de los ya previstos en los mecanismos de los acuerdos, sin necesidad de recurrir a enmiendas a los mismos”.

Por tanto, a pesar de las buenas intenciones, el MinCIT no brinda luces alentadoras sobre cuáles son las etapas del proceso de revisión y los alcances que pueden llegar a tener en un futuro.

¿Cómo avanzar con éxito?                                                                               

Para finalizar hay que mencionar que la revisión de los TLC requiere de la participación ciudadana. Es lo más conveniente para no repetir las desventajosas negociaciones anteriores.

En el marco de la discusión del Plan Nacional de Desarrollo, el Comité en defensa de Santurbán, junto a otras organizaciones sociales, encontraron respaldo en más de 50 congresistas para agregar un artículo que crearía una comisión que integre a los actores sociales en el proceso de revisión integral de los tratados.

El ministro Umaña asegura que la revisión requiere consulta y apoyo de la sociedad civil, pero el gobierno todavía no avala esta propuesta para ser incluida en el Plan de Desarrollo.

Para darle un vuelco a los TLC a favor de los intereses nacionales es esencial consultar la opinión de los sectores empresariales, sindicatos, académicos, organizaciones ambientales y de derechos humanos.

En un país desindustrializado y empobrecido por la política de libre comercio es saludable que estemos avanzando hacia la revisión integral de los TLC. También es positivo que por primera vez el MinCIT reconozca que existen desequilibrios en estos acuerdos internacionales que afectan al país.

Pero para que Colombia pueda recuperar su capacidad soberana y diseñar políticas regulatorias para la reindustrialización y la defensa de los intereses de la gente se necesita un gran acuerdo entre gobierno y sociedad civil.

En un país desindustrializado y empobrecido por la política de libre comercio es saludable que estemos avanzando hacia la revisión integral de los TLC. También es positivo que por primera vez el MinCIT reconozca que existen desequilibrios en estos acuerdos internacionales que afectan al país.

Es útil mencionar que la gran propuesta de libre comercio del gobierno Biden en el hemisferio es el Acuerdo para la Prosperidad Económica de las Américas (APEP).

Muchos piensan que es la reedición de la fracasada Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), antecesora de los TLC, que buscaba una única zona multilateral de libre comercio en el continente y que fue rechazada por los gobiernos latinoamericanos de izquierda en los 2000.

Al respecto, el MinCIT sostiene que “al momento (sic) no se contempla iniciar un proceso de negociaciones de un tratado o acuerdo comercial con los países vinculados al APEP”. Una posición coherente que, a juzgar por los resultados de los TLC, nos conviene mantener.

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